En el siglo XVIII los ingleses trajeron a sus colonias del Caribe, el árbol Akee, originario de África, y de allí se propagó a través de sus semillas. En Panamá los árboles de akee se encuentran en áreas de Rio Abajo y Parque Lefevre. Este árbol puede alcanzar una altura de 10 a 25 metros, y al cabo de 4 a 5 años produce sus frutos con 1 a 2 cosechas al año.
La historia y misterio del akee
En Panamá el fruto de akee se conoce con el nombre despectivo de "sesos vegetales", por parecerse a un cerebro, porque cuando el fruto ha madurado, se abre y se pueden observar tres semillas negras brillantes rodeadas de una masa blanca, que se asemeja al cerebro de un animal. Esa parte blanca es la que puede consumirse.
En el lenguaje de Puerto Viejo esta fruta se conoce como Jaki.
Se ha popularizado que esta fruta es venenosa, pero estudios científicos han asegurado que el fruto no es venenoso siempre que se consuma fresco y que esté abierto, solamente los frutos verdes, cerrados pueden ser venenosos.
Recetas y la lucha por preservar el árbol de akee
Esta fruta es reconocida por su sabor suave y exquisito, que da vida a platos como el arroz con leche de coco y Jaki, deleitando los paladares más exigentes.
Además, se solía preparar akee con bacalao, aunque hoy en día esta tradición familiar se ha vuelto más escasa debido a la dificultad de conseguir bacalao.
La preocupación por la preservación del árbol de Akee en Panamá resalta la importancia de proteger esta joya de la naturaleza.
